Cayeron los marfiles de la luna
partiendo mis caballos de amapola
En dos mitades negras de distancia,
Entonces, mi camino sin cocuyos
Parece adelgazarse de pisadas.
El nácar de la luna se ha escurrido
En todos los rincones de los niños
Y abarca en altas horas tantos juegos
Que voy a despertarme en este instante
Y voy a despertar a mi familia
Para que vea con esta poesía
Como a veces los poetas sin infancia
Se amarran el pulgar a alguna estrella
Sin que nadie les escuche su cantar...
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