Yo vi un atardecer incandescente
crisparse entre los dedos de la noche;
sentir el tibio mar en el ambiente
salir de mi poesía con derroche.
Yo vi un paisaje angosto sumergido
en tierra de una verde desnudez,
y el soplo de una playa que en mi oído
tocaba mi consciente timidez.
Yo vi encajarse el tiempo en cada pliego,
y vi enrramarse el cielo en el boscaje,
también los pies del sol que dejan huella
en bronces femeninos con su fuego;
mas nunca los milagros de un paisaje
maduro y delicioso, como ella...
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