Persisto en la bachata de tu ombligo,
en la improvisación de tus caderas,
en ése extenso olor a primaveras
que adoba mi poesía si te sigo.
El cielo que acaparas es testigo
del verso que amanece sin fronteras,
del baile que enajena mis quimeras
y todo lo que inspira estar contigo.
El vértigo retumba de caribes
si apenas se pronuncia tu silueta
en la profundidad de mis canciones;
sospecho que en tus ojos, tú me escribes,
si bailas como bailas al poeta
que tiene por tu culpa: inspiraciones...
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