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opuesto al mito urbano

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martes, 30 de diciembre de 2014

Un porvenir descalzo

No quiero el sexo regalado 
de una noche sin fondo, 
ni una mano que corrija
mis besos de plomo; 
yo quiero redimirme 
debajo del polvo
silbando penumbras 
con el alma de un loco. 

No quiero que la métrica 
me escupa en el rostro, 
ni que todo parezca 
cerrarse de pronto,
prefiero juntar
el silencio de todos
y decir el plural 
de un oscuro episodio. 

Yo no quiero a la luna 
en la boca de un lobo
ni nada que tuerza 
de nuevo mi asombro, 
yo me sueño infalible 
sin mundos redondos 
hallando el camino 
extendido en mis ojos...

















viernes, 26 de diciembre de 2014

El origen del verso




El germen de la inspiración dormía 
desde el principio en todas las mujeres;
vulnerable en el cuerpo de estos seres
se enredó a su perfume cierto día. 

Sublime con su encanto, a la poesía 
le tocó el corazón con alfileres:
fue tal la inspiración en sus placeres 
que así nació el poeta en su armonía. 

Si en ellas es sensible todo canto, 
en la fuerza de su naturaleza, 
en el beso encendido de amaranto 

¿Cómo no componerle con terneza, 
con fuego inexplicable que levanto
sonetos a este ser y a su belleza? 

El azul omnipresente



El azul omnipresente de tu alma, 
el pequeño sol 
que abastece de pájaros mi canto, 
estalla en la sangre perpendicular
de mi estío, 
en el meridiano de mi pecho, 
si arrimas el incendio reversible 
de tus labios
a mi boca conjurada de besos. 
Rueda, por consiguiente 
la moneda intocable de la tarde 
por el camino sin recuerdo de mi abrazo, 
hasta las grietas del silencio 
hasta el cuarto menguante de tu mirar,
hasta el cántaro que rebalsa en tu cuerpo, 
y me oprimo 
en una sola pieza sin estrellas 
en el dije incandescente
de tu corazón... 
 

Infalible de besos

Deletreo en tu boca la poesía 
que traduzco del fondo de las rosas, 
del alma se desatan mariposas
que trepan de tu sombra hasta la mía. 

Galopa en nuestra sangre la energía 
que deducen mis manos caprichosas, 
e infalible de besos te desglosas
por todo el edificio de mi hombría. 

Crepita en mis adentros el deseo
e inflama mi contexto con derroche
al hondo amante fiero que poseo; 

tu atuendo es tan discreto y sin reproche 
develas la postura en la que creo 
que cruzas vulnerable por mi noche... 





Cánticos de amor

Señor que has inspirado cada verso 
con tu gracia, 
y clavas tu perfume aquí en mi alma 
y corazón, 
enséñame adorarte a tu manera 
Padre Amado
que quiero levantar y entregar 
mi adoración. 

Con cánticos de amor y de esperanza
en este día, 
yo quiero ser el verso, la poesía, 
e inspiración, 
que formas en tu seno cuando alegre, 
Dios altísimo, 
derrochas sin pensar misericordia 
y tu favor. 

Ungido con el verbo de tu gracia 
me redimes, 
llevando mi pecado en cada herida 
de tu cruz, 
entiendo que era un ciego que perdido 
Y olvidado 
hallé la salvación inmerecida 
con tu luz. 


martes, 2 de diciembre de 2014

Por siempre mi amigo

Cuando se despegue 
la última palabra de consuelo
arrastrada desde el corazón 
por la tristeza y por el duelo, 
y deje de enrredarse mi garganta 
en los nudos del sufrimiento
que se aprietan con el alma 
de todos mis recuerdos, 
extenderé, cuando nadie me lo pida 
mi sonrisa por el cielo, 
y delgado de canciones 
seré lo que fui también en otro tiempo: 
veré tu mirada iluminada
cuando me mire al espejo, 
en las noches desenvueltas por el frío
dormirás en mi pecho, 
serás por siempre mi amigo 
y también mi compañero. 
En la tinta de la historia
que derrocha mi silencio, 
volaremos infinito 
con las alas de un jilguero, 
lloverá de cuando en cuando 
y te veré en los aguaceros, 
en las flores que desmayan 
cada noche de febrero, 
en los hilos que el mañana 
me atraviesa en cada sueño, 
en la voz de una poesía 
en la que dice: "Dios es bueno", 
estarás en las palabras 
más hermosas de mis cuentos, 
en mi brazos que han caído 
y que levanto con el tiempo, 
reiré de mi destino 
porque sé que estás contento, 
cada noche sin estrellas 
brillarás sólo y perfecto, 
y a donde quiera que el camino 
me ofrezca su aposento, 
hallaré también camino 
que me lleve a ti, pequeño. 
Y un día cuando Dios 
me de su entrada al reino,
me lleve a su presencia 
de grandezas y misterios, 
te hallaré jugando alegre 
con tus ojos tan sinceros, 
y correrás hasta mis brazos 
como el agua en los riachuelos, 
te diré cuánto te amo 
y sabrás cuánto te quiero; 
contaré lo que he vivido 
esperando este momento, 
hasta juntarte en las mejillas 
del color de un caramelo
el amor que para ti 
te guardaba entre mis besos...