Usted me gusta
como para hacer un poema
en donde su nombre,
como un enjambre de inspiraciones,
vibre longitudinalmente
por el alma.
Usted me gusta,
como una canción sin distancia
de un martes cualquiera
donde el verso empieza
a besarme poco a poco de palabra.
Usted me gusta,
como para bañarme con la luz
tenue y temblorosa
que irradian sin saberlo
sus ojos.
Usted me gusta,
Como para saborear
la mañana recién nacida
de su sonrisa
por la anatomía del silencio
que respiro de su esencia.
Usted me gusta
como para recoger
con mis manos afiladas
esa flor abierta
y perfumada de su alma.
O quizá me guste más
como para tocar
con todas mis fuerzas
esa puerta enorme y robusta
que abre sin cerrarse
por los caminos del amor...
