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opuesto al mito urbano

opuesto al mito urbano

sábado, 10 de febrero de 2018

Como nunca antes

Señor,
llueve como nunca antes
de este lado de la noche;
crece sin saberlo el río,
hasta desbordarse de mis ojos.
Señor,
He perseguido hasta el cansancio
como a tres verdugos
con el niño interior:
ya le disparé a uno.
Señor,
Un sentimiento se anuda
por las arterias de la esperanza;
La esperanza es humana,
tambien es verde;
pero yo soy azul como la lejanía
y de tantos golpes:
tampoco soy humano.
La sombra es como un esmalte
de incertidumbre
que se riega por donde pasan los hombres,
yo pasé con la luz de tu nombre, Señor,
hasta llegar a mí mismo
y ver tus ojos enormes en los míos.
Nunca había previsto
tocar la guitarra del alma
en una plegaria,
pero pulso sus cuerdas con tu nombre,
con la grandeza de tu voz
y descanso mil años
un segundo,en tu regazo.
Es hermoso acercarme
al precipicio de tu amor,
cuando todo está dicho,
cuando no queda más que tu mirada.
Señor,
yo no discrimino a los gatos,
aunque aruñen mi corazón
cada vez que suben a la luna
por el vapor de mis versos.
Señor, a diferencia de Zaratustra
Tú no estás muerto,
porque yo estoy vivo
pendiendo de tu brazo formidable,
que me hace guarecer
del más grande aguacero
de este lado de la noche...
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