Páginas

opuesto al mito urbano

opuesto al mito urbano

martes, 27 de octubre de 2015

Quiero ser elástico de rimas.

Escribo algunas frases rígidas,
y pienso que se ensucia mi poesía,
la indomable expresión
degrada mis líneas
a pesar de que mi corazón es flexible
(pero canta bajito).

A este punto la vanguardia
debería desglosarse
porque la espiral de la inspiración,
–impredecible–
viene amputada de sonetos
por el mismo recorrido sin regreso,
entonces
tiemblo estupefacto
en los zapatos del verso.

¡Maldita cuadrícula de lo complejo
que clava mi nombre a sus ideas!

¡Quiero ser elástico de rimas!
Pero su nomenclatura me dispersa
y deja irracionales mis discursos.
(Hay que ser pensante y ser sensible
me repito en soliloquios, reflexivo)

La virginal apariencia de lo vivido
no sirve como referencia
en los bosquejos del "ahora",
se requiere movimiento y transparencia;
el principio de mi voz
se torna delgado en este enrejado de letras
y suele entorpecer mi lenguaje.

Me está costando ser sinuoso de verbos,
aunque esté holgado de noches
tapizadas de silencio,
sigo lineal y estrepitoso
y no me reconozco en mi lectura.

Nunca es suficiente
para el poeta que reflexiona
en los recursos de su inspiración,
pues lo mejor no es lo primero que se dice
sino lo que menos se piensa.

Bien puedo a mano alzada
hacer un corazón a la distancia,
en el celaje de la mente,
O en las visiones que surgen en invierno,
o lúdicamente improvisar
una imagen sin fondo,
pero me falta camino,
y sobre todo , madurar de primaveras,
de callejas sin salidas,
de edificios incompletos,
de niños y columpios,
de acuarelas sin una topografía:
el corazón.
(Aunque casi siempre
canta bajito)...

No hay comentarios:

Publicar un comentario