Para que fluyan versos y canciones
tan anchas como el viento que me habita,
requiero de tu luz, una gotita,
o tu dulce sonrisa de acordëones.
tan anchas como el viento que me habita,
requiero de tu luz, una gotita,
o tu dulce sonrisa de acordëones.
Para sentir las tibias pulsaciones
bajo esta carne débil e infinita,
tan solo que me nombres, Margarita,
para radiar azul, de inspiraciones.
bajo esta carne débil e infinita,
tan solo que me nombres, Margarita,
para radiar azul, de inspiraciones.
Eres tú, la guitarra que poseo
en este corazón de lejanía,
es poco o casi nada lo que creo
que faltan a mis letras de armonía,
mas tú, nunca escatimas mi deseo
y entregas con tu cuerpo la poesía...
en este corazón de lejanía,
es poco o casi nada lo que creo
que faltan a mis letras de armonía,
mas tú, nunca escatimas mi deseo
y entregas con tu cuerpo la poesía...
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