¿Cuántos bosques encantados he llorado
con las alas recortadas de domingos?
¿Cuántas frases mal heridas de mutismo
persistieron con tu ausencia de milagros?
pero puedo en la expresión de tu armonía
reencontrarme en la quietud de tu sonrisa.
El mañana de tus ojos extendidos
y el azúcar de tus labios tan soñados
acaparan sin gobiernos descuidados
al poeta cultivado entre tus pechos.
Si es que existe una palabra susurrada
y escondida de estivales en mis versos,
es el nombre de mis noches en tus brazos,
es el fuego que pronuncio si me besas.
La guitarra de tu cuerpo en cada luna
se desnuda de amapolas en mi cuerpo
y contiene un pentagrama solapado
que estremece de poesía mis caricias.
Ya tú sabes que el vocablo descubierto
- es la sangre de mi escrito entre mis labios-
te repite amaneceres al oído
cuando enredas tu figura en mi silencio,
cuando apresas, en esencia, mi perfume...
Qué hermosura de poema, con ese romanticismo en todos los versos. Escribes de lujo. Abrazos con cariño
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